Todo, desde lo primero hasta lo último fue una experiencia grata en Kinde House. La amabilidad de sus dueños, que atienden personalmente el lugar, el asesoramiento turístico constante y el estar atento a todas las necesidades del viajero. Una habitación impecable, con buen colchón, lindas sábanas, buena luz, smart tv con cientos de canales, mucho espacio para ropa y equipaje. Un baño completo, también impecable, con buena ducha y todos los accesorios disponibles. El desayuno, preparado exquisitamente por Doña Montserrat, dueña de la propiedad, es un capítulo aparte: todo, de la mejor calidad, va variando día a día: las frutas, los exquisitos platillos calientes, el jugo natural, y todo eso acompañado del mejor café y excelente panificación. Cada piso dispone de una cocina a disposición del huésped, impecable, dotada de un dispenser de agua potable, café, infusiones. Y como frutilla del postre, un espacio cubierto en la terraza, a la manera de bar, con un mirador hacia la ciudad increible. Mi estadía en Kinde House fue sencillamente perfecta. Le agradezco a Eduardo y a su familia todos los tratos propiciados, que van mucho más allá de lo que un hotel le brinda a un huésped. Recomiendo vivamente este establecimiento.
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