Venimos de pasar unos días maravillosos por Tarifa, y eso que el viento de levante, exagerado, no nos permitió hacer casi nada de playa, aunque Sara, la chica que nos recibió y nos atendió, nos recomendó para hacer otros planes geniales. También decir que nos gestiono un pequeño problema del viaje, cosa que le agradecemos inmensamente (No suelen hacerlo en muchos sitios). El cortijo es maravilloso, las habitaciones con mucho encanto, grandes y limpias, con bonitos detalles, al igual que el comedor y cocina comunitario. El jardín y alrededores, con inmenso césped, grandes árboles y preciosas plantas, todo decorado con mucho gusto, con muchas zonas de relax, mesitas y sillas para descansar, relaj**** leyendo un libro o desayunar respirando aire puro. Nos ha encantado, ojalá y podamos repetir! Hemos disfrutado y descansado mucho.
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