Wecamp Pirineos

LO QUE MAS ME HA GUSTADO. La relación calidad-precio del restaurante. La atención a la llegada: te acompañan a la parcela y te ayudan si lo necesitas. En nuestro caso lo hizo Harold con mucha amabilidad. Valoro que organicen multitud de actividades para las familias pero si no te interesan, como es mi caso, el camping te resultará carísimo. Hay zonas dentro del camping donde se puede depositar la basura. Tiene una aplicación interesante. LO QUE MENOS ME HA GUSTADO. COSAS MEJORABLES. El precio. Para mi fallan en lo esencial: una buena parcela y unos buenos baños. Por ello me ha parecido carísimo. La política de pagar a la entrada es estricta: no te levantan la barrera si no pagas el total de la estancia. Lo entendí a posteriori: de no haber sido así me hubiese marchado mucho antes. El wifi no llega a las parcelas. La disposición de las parcelas es caótica y no hay ninguna intimidad. Una zona es muy ruidosa debido a un generador no insonorizado. El WC químico de los aseos más accesibles es de pago y falla mucho. El gratuito está alejado de la zona de acampada. Los grifos son casi todos de botón. Poca presión en las duchas aunque no hubiera mucha gente. Las parcelas no tienen agua. A pesar de lo caro que es el camping te cobran por el perro sin dar ningún servicio a cambio. El personal del restaurante no es demasiado amable. Con la excepción de un chico llamado Kevin que es todo amabilidad y eficiencia. Al resto del personal se le nota quemado y mal encarado. Uno de ellos, además, atendía permanentemente sin mascarilla. El camino de acceso al camping es muy estrecho. Con caravana tendrías muchos problemas para acceder si te viniera un coche de frente. Si te viene otra caravana es directamente imposible. A DÍA DE HOY NO REPETIRÍA NI RECOMENDARÍA ESTE CAMPING.