Hotel Rural Torre de Uriz

Hemos estado alojados 3 noches y la experiencia ha sido increíble. La habitación muy limpia , cómoda y bonita. La ubicación es perfecta para hacer todo tipo de actividades , desde senderos para descubrir los valles de Aezcoa y Salazar , hacer rutas(curvitas) en moto , y visitar su maravilloso entorno . Las cenas y desayunos son un deleite . Todo km 0 , lo hemos disfrutado a tope . Aunque si cabe destacar algo es el trato y dedicación y atención de Jhon !!! . Nos ha hecho sentir como en casa, y hemos descubierto pueblos y parajes , gracias a sus magníficas recomendaciones . Gracias Jhon por estos días y esa charlita nocturna . Israel Y Eli

Un lugar perfecto para desconectar, si te cansa el ruido de la ciudad y quieres un plan diferente este es un lugar perfecto 👌 es un Hotel Rural muy acogedor cada rincón del hotel es increíble, el salón es perfecto para tomarte un vino después de comer o cenar, Jon cuida con mimo todo detalle hace que tu estancia sea perfecta, te asesora para recorrer la zona, tiene una carta de comida tradicional muy rica. Ofrece productos de la zona, hace que sea aún más espectacular. Si visitas la zona en verano, a menos de 2 kilómetros está un pantano (Playa Nagore) Perfecto para terminar el día

Hemos estado como en casa. Jon no descuida el detalle cuida a sus huéspedes. Conoce el terreno y hace que los que hemos tenido el placer de estar en Uriz queramos repetir de nuevo. Tranquilidad, desconexión y buen trato. Lo recomendamos a todas aquellas personas que les apetezca el buen hacer y la calma.

Mi pareja y yo hemos viajado con nuestra mascota y nos hemos alojado en la habitación más alta de la torre, increíbles vistas 365°, muy acogedora. Un hotel muy personal que transmite una paz alucinante, gracias a Jon que pone mucho de él para que la estancia sea increíble. Cuida cada detalle, la cena ha sido muy especial, el desayuno muy completo. El salón invita a tomar un vino leyendo y disfrutar de esa paz sin dispositivos eléctricos ni tv. Entorno natural casi desconocido y muy chulo. Volveremos, Jon. Te recomendaremos: no se puede desperdiciar una experiencia así.

Pasamos un fin de semana alojados en la habitación más alta de la torre. Todo en el alojamiento es muy agradable y cómodo. La decoración es más bien moderna y todo muy práctico. Es un edificio histórico rehabilitado de manera muy cómoda y con gusto. Una pequeña biblioteca y un salón donde tomar algo. Nuestra habitación es bastante grande, la joya es unas ventanas con vista 360 grados. Cuando te despiertas puedes abrir las persianas desde la cama y disfrutar de la luz y las vistas. Ahora en invierno puedes ver amanecer sin madrugar mucho. Ofrecen cena y desayuno. No es que tenga gran variedad y hay que elegir y reservar hora previamente, pero está todo bueno y prioriza productos locales. La casa la gestiona Jon. Tiene un trato muy agradable y está atento a cualquier cosa que puedas necesitar. Te ayuda mucho a preparar las visitas para disfrutar del patrimonio natural, cultural y gastronómico del Valle de Arce que es un gran desconocido.

El paraiso existe. Acabo de leer las diferentes opiniones y menos una de ella todas coinciden (debieron aloj**** en otro hotel). Todo perfecto, bien situada,comodisimo,habitaciones ampliada y bien iluminadas. Generosos desayunos y deliciosas cenas siempre con el consejo de Ivan que nos explicava su elaboracions y la buena elaboracion de Jon. Gracias chicos nos habeis hecho felices. Realizais un buen trabajo y tendres vuestra recompensa . Nos volvereis a fer. Un achuchon para Blas i Ago. Mar

No podemos describir con palabras cómo nos hemos sentido en este lugar. Empezando por iban y Jon que han sido unos anfitriones estupendos, Blas y Ago ( los gatos), el entorno, y el hotel que está decorado con un gusto exquisito, al detalle! Tras la reserva nos contactaron por teléfono, desde el inicio el trato fue cercano, amables, siempre con una sonrisa, dispuestos a ayudar. Y las cenas! Productazos cocinados con tanto mimo que sabían al gloria! Sin duda un lugar al que volveremos, cuando las cosas están hechas con cariño, ganas y gusto se palpa en el ambiente y este hotel, es uno de ellos. Zorionak eta Eskerrikasko beti!

Hemos estado 5 días y Jon nos ha hecho sentir como en casa. El desayuno y la cena de kilómetro cero, abundante y muy rico. Las habitaciones espaciosas y muy cuidadas. Todo el establecimiento trasmite tranquilidad y calidez. Jon es un enamorado de su tierra y lo demostró asesorándonos en cada una de las excursiones que hicimos. Gracias por todo, para nosotros era la segunda vez y repetiremos