Es un hotel espectacular tanto para ir en pareja como para ir con niños. Esta vez hemos ido 4 más 1 bebé a una de las habitaciones con cocina y lo recomiendo totalmente. Habitación amplia, bien preparada y cocina perfecta para hacer alguna de las comidas, tiene lo muy básico, pero te permite calentar al microondas y hacer alguna cosilla muy sencilla. Sino, también se puede pedir comida a domicilio y comer en la mesa del comedor. El spa, genial, los niños lo disfrutan mucho. Al bebé también se le puede meter en la piscina y el jacuzzi infantil. Los tratamientos que vienen incluidos en el paquete están bien, sin ser espectaculares, no pagaría por ellos a parte, pero si los tienes en el paquete te entretienes un poco por allí. Ojo fechas con más gente, conviene ir con ellos agendados. El desayuno a mi personalmente me gusta bastante, creo que está bien, es de calidad y hay de todo. La cena también está bien (me gusta más elegir menú que si fuera buffet), varias opciones y bien presentadas, pero quizá lo peor de la estancia fue la espera para la cena y/o el tiempo entre plato y plato. Uno de los días fue tan exagerado que las niñas se durmieron en la mesa. La simpatía y el control del maitre tampoco es algo a resaltar, salvo que se llegase pronto, el comedor estaba bastante desorganizado. Luego hay que añadir que hay chiqui club para los niños, parque infantil, sala con videojuegos para chavales, parking exterior (creo q 5€/día) e interior (creo que 9€), coches de cortesía para que te muevas entre los dos hoteles ( aunque están tan cerca, que se tarda más en arrancar que en ir). La playa está cerca en coche, hay bodegas para visitar, Santiago cerca... En fin, en líneas generales, a nosotros nos gusta bastante y repetimos cada 3 años.
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