La estancia fue del 24 al 27 de junio y todos los días comimos y cenamos en la propia casa. Tanto para las comidas como las cenas siempre se nos proponían varias opciones e incluso la posibilidad de comer en el comedor interior, o bien si hacia buen tiempo, comer en el exterior. Los desayunos fueron abundantes y muy variados, con todas las opciones que uno pueda desear. Después de cenar siempre pudimos tomar el café y los correspondientes chupitos en el exterior, disfrutando de la fantástica temperatura exterior Todo perfecto. En cuanto a las habitaciones, grandes, cómodas y limpias. Nosotros estuvimos en la familiar, que da directamente al jardín, una habitación con cama de matrimonio y una cama nido para dos personas más, habitación de unos 25 o 30 metros cuadrados, con un baño enorme y estupendo. Viajábamos con otra pareja con dos niños, que optaron por coger dos habitaciones dobles con un balcón que daba a la finca y a la piscina, con vistas al valle en el cual se asienta la finca. Realizamos la actividad de paseo en kayak, que estaba incluida en el precio, fueron dos horas de paseo por el embalse cercano, haciendo Filipe de guía por el entorno. También hay multitud de rutas de senderismo, así como la visita a las termas de Bande. En el tema de rutas dej**** aconsejar por Filipe, un gran conocedor de todas las rutas del entorno. La finca es fantástica y la piscina perfecta con unas vistas estupendas. El alojamiento lo encontré por casualidad en internet, en una zona de Galicia que desconocía totalmente y que es una maravilla en cuanto a paisaje y opciones de actividades, reserve por teléfono y después de la experiencia reconozco que me sorprendió el nivel de calidad y el fantástico trato recibido. El trato de Filipe y Natalia fue de lujo, con la pena de no poder estar más días, pero con ganas de regresar. Es sin duda un sitio que recomendare a todas las personas de mi entorno.
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